2/1/13

2013

Qué puedo decir del 2012 más que corroborar lo previsto, no sabía qué tanto o cómo, pero sabía que no zafaba del huracán y vaya que no zafé. Lo pienso y certifico: me gusta el rock and roll full.

De a poco vamos arrancando el año, organizándolo, viendo cómo orquesto el tema laburo, cómo manejo mi cabeza, tratando de entender el nuevo medio, que no es nuevo pero sí.
Todavía me asombra el giro del agua, el sentido en el que gira el agua al irse por el desagüe, raro porque no siento haber incorporado tanto el sentido contrario, pero es abrir la canilla y sentir esa especie de asombro, todavía.
Hay algunas lecciones que tengo que aprender, la primera es no olvidar el resentimiento del uruguayito medio, acá no se cacarean los éxitos, acá hay que mostrarse modestito, so pena de que te traten mal, muy mal y que te castiguen duramente.
Lección dos, tener bien claro qué quiero y cómo lo quiero, porque al menos de momento las cosas vienen saliendo tal como las vengo mentalizando y eso puede jugarme en contra.
Lección tres, jamás, bajo ninguna circunstancia, demostrar o mostrarme insegura. Hay que tener un discurso sin fisuras, grietas, si digo que sé: SÉ! nada de "sé pero mejor dejame ver bien, no sea cosa".

De a poco va llegando la parte de mi que se quedó en México, digamos que al principio era yo...hace 10 años, lentamente va llegando la MaGa (que nació allá) y también trae cosas nuevas. 
La edad se siente, el tiempo pasado, también me voy adaptando a eso, a ser grande, señora a secas, señora pa todo el mundo: chicos y grandes. Cuesta pero juro que lo voy intentando.
Otra que  no sé si tiene que ver con la edad, con ser "viajada" o con que también en el paisito las cosas han cambiado; me está chupando bastante un huevo todo eso del cómo te ves, especialmente en el tema playa que era el más estresante. Pelar ropa y dejar aparecer el cuerpo en sus dimensiones e imperfecciones reales. No voy a blofear de superada porque no, me cuesta, el sobrepeso me cuesta, pero me cuesta un 80% menos que antes, y eso está bueno, especialmente si ahora vivo a 20 cuadras de la yapla.

Fin de año fue una maravilla que me hizo llorar, fue la bienvenida. 
Salinas, 11.45 de la noche, silencio, ni un alma, nadie hacía ruido, solo nosotros con nuestro pequeño equipo de audio, haciendo asado en parrillita destartalada, con la leña salvada de apuro del diluvio y el Bonzo como loco ladrándole al fuego. De repente el milagro de fin de año; los cohetes que empezaron a sonar, ¡los fuegos artificiales! muchos, miles, increíble ¿de dónde salieron todos? Mas de media hora de luz, color y ruido, más de media hora de bienvenida a casa. Más de media hora que confirmaron que sí: en Uruguay el cambio de año se hace con tutti.
Y así, con tutti, mientras termino de recuperarme de haberme bajado yo solita un litro de ananá fizz leather price (por favor, recuérdenme el año que viene no volver a hacer esa terrajada propia de adolescente), me tiro las cartas y me preparo para lo que se viene, que no sé porqué pero me suena que también va a estar movidito.

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