13/6/11

Estamos acostumbrados

Ultimamente me siento en medio de una vorágine de noticias sobre actos violentos que parece no terminar.
Me levanto y el informativo, además de las noticias político-electorales, enuncia los mutilados/decapitados/violados/torturados/enterrados/asesinados del día.
Todas las mañanas lo mismo.
Y por si no me terminé de enterar, una simple ojeada a cualquier periódico on line es suficiente, aunque debo confesar que muchas veces leo solo el titular.
El problema es que cada día se hace más normal, todos nos vamos acostumbrando y no quiero, me niego a acostumbrarme.
También están los que no se enteran y son la mayoría, no lo entiendo, pareciera que viven en otro lugar, que no leen, no les importa, qué se yo. Y es gente joven, con educación terciaria y clasemediera, de esos que ya fueron al cine a ver la última de Xmen, manejan su  auto (y ya que están contaminan), y pueden sostener con coherencia una conversación sobre...bueno, sobre fútbol, juegos, tecnología, diseñadores, jet set, artistas, cine, drogas de diseño y vaya a saber qué más.
Hace rato largo opté por subirme a la ola y participar, sonreír, hacer como que todo bien (donde fueres...). Al principio me costó mucho pero tanto me esforcé que ahora hasta me sale con naturalidad.
Pero acostumbrarme no, no lo quiero, no para mi vida.
El destino quiso que saliera de Monterrey mucho antes del llamémosle colapso. De aquella época recuerdo algunos amigos regios que me decían con carita de miedo "Uy, ¡cómo te animas a irte al DF! ¡Con lo peligroso que es!
No fue una mala decisión.
En año y medio se viene cambio. Lentamente comienzo a replegarme.
Ya me conocen, voy lento pero seguro.