24/7/11

El regreso

Y falta, falta rato. Menos que lo ya vivido, pero abundante tiempo.
Preocuparse no tiene sentido, es ocuparse por anticipado, pero igual, no puedo con mis obsesiones, me dejo ganar sin siquiera luchar. Y entonces hago cuentas, pienso opciones laborales, dónde vivir, miro precios, miro el gallito, trato de imaginarme en ese escenario que hace tanto no visito, pensarme en la interacción cotidiana, cómo me afectará la honestidad brutal que tan familiar me era,  qué voy a perder, qué voy a extrañar, el mortal invierno, el asma, la humedad, la rambla, mi familia, mi madre...
Me pienso, pienso las posibilidades que sí, las que no, las cosas que me hicieron salir y las que me hacen regresar.
Quiero certezas y obviamente no las tengo. Sin importar lo que invente o cómo trate de controlar, manejar, dirigir...todo me supera.
Solo tengo una certeza, la misma que hizo que me fuera: Tengo que hacerlo.