Hoy es 8 de mayo de 1970, son las 5 de la mañana y su madre
despierta con la primera contracción.
Ella sabe que va a nacer y es inevitable.
Su madre la va a cuidar, va a alimentarla y cantando suavemente
calmará los primeros llantos.
Dos años después la salvará del padre y el revólver bajo la
almohada. También la llevará a terapia y le creerá cuando a los 7 años ella le
cuente que el abuelo de Paco tiene las manos muy ásperas.
Cuando ella tenga 11 llamarán a su madre “madre soltera”, aunque
sea divorciada, y ayudará a cambiar los pañales de su primer medio hermano.
Casi enseguida internarán a la madre, que por más de un año va a tomar muchas
pastillas de muchos colores.
No va a tener fiesta de 15, pero sí un padrastro que cuando se
emborrache le cantará “azuquita pal café” cuando se esconda tras la puerta de
su dormitorio.
Tendrá más hermanos, la madre se embarazará y abortará varias
veces, porque nunca tomará las pastillas que la hija le compró.
Cuando cumpla 18 irá inútilmente a la seccional para denunciar el
maltrato del padrastro.
Cuidará a sus hermanos y le enseñará a la más chica que la única
forma que tiene de zafar es ser la mejor en lo que le gusta.
También se hará la ciega cuando la madre se cargue a sus novios y
durante muchos años tratará de olvidar que su madre la echó de casa porque
estaba celosa del cariño de sus hermanos.
Cuando pueda se irá a vivir lejos para poder perdonarla, pero se
dará cuenta que no lo consiguió cuando regrese 10 años después a velar el
cáncer terminal con que la llevarán al hospital.
Esa madrugada entrará a la casa de la madre y uno por uno hará
pedazos todos sus santos y vírgenes de beata trasnochada.
La madre morirá, ella no llorará.
Hoy es mayo del 70.
Ella nacerá y es inevitable.
26/4/13
MaGa