10/4/08

El problema son las historias

Acabo de ver un corto de animación, la técnica del dibujo muy buena, el laburo...enorme, la historia...puf.
Los mexicanos son buenos con las cámaras, las tomas, el manejo de la luz, los planos, pero las historias siempre (bueno, en el 90% de las veces) dejan mucho qué desear.
Es una lástima, porque algo que podría ser una buena película o un buen corto, termina siendo apenas pasable. Y todo porque la historia, el guión, está hecha con las patas, está forzada, mal resuelta, no tiene interés, etc. Y lo más interesante es que no se dan cuenta...al menos eso parece.
Preguntándome a qué se deberá esto, creo que tiene que ver con esa dificultad crítica de verse a sí mismo, que tiene el mexicano. El mexicano no se toma el pelo, no se ríe de sí, es muy "sensible", tiene poca autocrítica, no es despiadado con el otro ni consigo mismo. También debe ser que lee poco...pero me inclino más por mi primer postulado ya que creo que la masa culturosa que hace cortos, videos y películas debe haber leido más o menos lo mismo en cualquier parte del mundo (ojo, estoy generalizando y esto de no ser crítico no necesariamente es un defecto) Ven? aclaro para no herir sensibilidades...
Por allá, por allá abajo, al sur, somos implacables, hipercríticos, totalmente neuras, siempre analizando, siempre con esa ironía, esa picota brutal en la que ponemos a todo el que se cruce delante, incluso a nosotros mismos. Y bueno, supongo que la cosa será combinar ese oficio que tienen por acá con las cámaras, los planos, las luces...y buenas historias, bien contadas, porque sin ellas todo lo demás no existe.
Así que empezaré seriamente a pensar en un guión...bueno por supuesto.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

De acuerdo contigo en eso de la poca autocrítica mexicana en general, pero cómo siéndolo para las historias no lo somos para las cámaras, el manejo de la luz, los planos y todo los demás que mencionas. Me parece que ser hipercrítico, como en la Argentina, también es un modo distosionante de ver la propia realidad, por eso aquella percepción de egolatría que vemos en tus compatriotas.

De paso, dinos qué corto viste, así nos animamos a comentarlo si lo vimos.

Me gusta tu sinceridad.

Anónimo dijo...

Perdón, perdón. Quise decir, del Uruguay, donde hay gente que tanto quiero.

Anónimo dijo...

Eso, Maga, a pensar historias y guiones, y dejarse de criticar "a la uruguaya"! :-)

Entiendo lo que decís; cuando se tienen los recursos (en México les daría un ataque de leer esto, pues creen que no los tienen... comparado con el Primer Mundo, pero son el Primer Mundo del Tercer Mundo, pregunten si no por acá con qué hacemos las cosas!), es muy fácil poner la carreta delante de los bueyes y no gastarse en madurar una historia. Pero ¿sabes qué? allá SE HACE, en vez de estarle viendo los cinco pies al gato.

La autocrítica, crítica y demás ejercicios de la mente racional cumplen una función muy importante mientras no generen parálisis. "No te olvides del pago si te vas a la ciudad..."

Besotes, me alegré hoy al ver que habías publicado!
Gabriela

Anónimo dijo...

De la vista nace el amor, de Miguel Anaya. Ese es el video que menciono y luego me enteré que se ganó un Ariel.
Había escrito algo bastante sesudo sobre porqué no me gustó el guión, pero se borró, así que va el resumen:
El tipo hizo todo (Miguel Anaya), quizás eso explique el problema del guión (no se puede ser bueno en todo muchacho) y la animación está muy buena, con buenos "movimientos de cámara" (o como sea que se llame esto en animación)planos, etc.
Este corto no tiene diálogos, nadie dice nada, pero, quien sabe porqué, le incluyeron algunas onomatopeyas e interjecciones (cuando al protagonista le cae algo arriba del ojo, cuando contesta el teléfono y grita al enterarse que su chava está embarazada, etc) a mi gusto esos "ruidos" sobran, son totalmente prescindibles.
También sobra el audio cuando ella se entera que está embarazada, el espectador se da cuenta, entonces no entiendo porqué justo ahí se tiene que escuchar la voz de ella: "estoy embarazada" no, es ridículo que lo único que dice en todo el corto sea esta obviedad, esto sobra sobra y sobra.
Y el final...el final es un desastre, un monumento a la cursilería, un final teleteatrero mal. Lo voy a contar porque no es la gran cosa, bah, voy a contar todo el corto: Es una pareja, ella hace quesadillas en un puesto, él parece electricista, se conocen y él se distrae mirándola y tiene un accidente que lo hará perder la vista (no queda claro porqué si el objeto le cae en un ojo va a perder los dos...)a no ser que encuentre un donante. Mientras, ella se embaraza y ellos viven juntos, el tipo cada vez más deprimido, hasta que una llamada milagrosa los muestra en el hospital, aparentemente apareció el donante (vemos a la mujer embarazada acompañando la camilla del marido) y luego viene el final, vemos al tipo calentando el biberón de su niño, la mujer que se acerca y tropieza con el...una tarjeta de donante que se cae al piso (dios!) y entonces vemos el rostro de la tipa con un parche en el ojo (hay que concluir que la mujer le donó el ojo al marido para que pudiera preparar el biberón a su niño, bah, para que lo viera...etc.) y ahí el corto se cae estrepitosamente, no podés tratar de hacer creible algo increíble con una tarjeta de donante...como si fuera normal para los bancos de órganos aceptar ojos de seres humanos vivos, no. El guión no es la gran cosa, aunque a nivel imagen está bien contado, pero ese final está malo, no sé, al menos hubiera dejado el rostro con el parche sin esa puta tarjeta cayendo, así el espectador sacaría sus concluciones (que el destino la puso ciega a ella por haber sido la causante de la ceguera inicial del protagonista, que ella se tapó el ojo para emparejar con el marido y ser los dos tuertos...cualquier fumada es algo posible)pero en su afán por hacerlo real...lo hizo algo totalmente increíble y sumamente cursi.
No vi los otros videos que competían, pero se merece el Ariel porque se mandó terrible laburo y la verdad es que la animación está buena, se nota mucho lo artesanal, la mano...(dicho sea de paso, el Ariel se llama así por el libro de mi compatriota uruguayo José Enrique Rodó, al que confieso casi no haber leido)Pero el guión...nop, ahí no funciona.
Yo no sé si este país es muy generoso o qué, pero he visto mucha lana "tirada" en pésimos guiones y excelentes producciones. Como que en esta cosa del fondo y la forma se siguen quedando con la forma y se olvidan que lo más importante es el fondo, la historia, y si ésta está escrita con las patas, no hay planos, tomas, efectos especiales, vestuarios y recursos de cámara que la levanten.

Y tiene razón la Sorjuana...acá SI hay presupuesto (siempre es comparado con qué...) quizá por eso lo "desperdician".

MIG dijo...

Estimada Maga;

Creo que es muy interesante tu comentario acerca de cómo los mexicanos no nos autocriticamos. Es difícil hacerlo aunque quieras, porque no siempre te puedes poner a la distancia suficiente. Sí somos muy "sensibles", aunque creo que puede ser un defecto o cualidad, dependiendo cómo se utilice. Y SI falta mucho que leer, lo que pasa es que a veces se antoja leer más de animación y cine que de problemas sociales.
La historia del cortometraje me llamó la atención porque se encuentra basada en un hecho real, y no justifico el final "cursi" que quedó aunque el guión se trabajó y retrabajó por mucho tiempo así como el aspecto de la animación. En total fueron 10 laaargos años. Pero bueno, te dejo mi correo porque me interesaría platicar contigo. No se si algún día pueda visitar Uruguay pero si es que vienes a México ojalá nos podamos tomar un café. :)

Saludos de un mexicano que SI le gusta y requiere de la autocrítica.

Miguel Anaya
director DE LA VISTA NACE EL AMOR
miganaya@gmail.com